Respecto a esta noticia estoy de acuerdo que el sistema
penitenciario, así como las políticas que se aplicadas a las penas y castigos a
los internos en los llamados “centros de readaptación social” no son los
adecuados, puesto que no existe una política penitenciaria con estándares nacionales,
problemática que acarrea conflictos en varios penales del país.
Un ejemplo
claro de esto es lo sucedido en el Centro de Reinserción Social en Acapulco,
Gro.
Ciertamente debe existir tratamiento personalizado para
quienes presentan problemas en comportamientos o actitudes antisociales, mismos
que deben ser analizados, tratados y de ser posible erradicados con el fin de
evitar que estas personas reincidan en delitos menores, con el fin de aminorar la población de internos en los
cerezos nacionales.
Otro aspecto relevante es la existencia de un sistema de corrupción
dentro de los Centros que es externo e interno a este, ya que, involucra tanto
a los directivos, custodios e internos,
como a un sistema penal con representantes de muy poca ética profesional que
favorecen y dictan fallos y sentencias a favor de clases altas, perjudicando
por delitos menores a los más desprotegidos económicamente.
De manera personal, considero que la disminución de la población
de internos trae consigo algunos beneficios a la sociedad. Como es el hecho de
encontrarse, un individuo en estado de libertad, (pero bajo tratamiento)
permite que sea un ciudadano económicamente activo y genere menos gastos para
el Estado en comparación de cuando se encuentra en calidad de interno.
Noticia tomada de https://twitter.com/aristeguicnn ; bit.ly/KDUgsS ,
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