domingo, 2 de febrero de 2014

Va EPN contra adquisición de propaganda fuera de la ley.

De acuerdo con la información que aporta la noticia objeto de mi análisis, puedo inferir con toda seguridad, que la iniciativa de reforma presentada por el Ejecutivo Federal aplicada al artículo 41 constitucional sobre las causas de nulidad de una elección es por demás una falacia que suena a burla, dado que a través de décadas en este país ha existido la compra de votos, en elecciones nada transparentes. En cuanto al segundo punto que ocupa el contenido de esta información (cualquier adquisición de promoción los medios de comunicación fuera de lo previsto en la ley), debo decir que los medios de comunicación, de todos es bien sabido, son manipulados de acuerdo a intereses personales con tendencias político-partidistas.

Esto como el resto de la reforma político-electoral es una muestra más de la tendencia a retomar un camino que nos ha de llevar a un gobierno centralista, no a facilitar el diálogo, consolidar la vida democrática, el equilibrio entre poderes y la equidad de género, como asegura el presidente Enrique Peña Nieto. Se podría hablar de equidad ciudadana, y por ende democracia, siempre y cuando esta reforma fuera aprobada por un cierto porcentaje general de votos del pueblo mexicano; “Toda ley no ratificada en persona por el pueblo es nula; no es una ley” (Rousseau, 1975: 125)


Ante lo citado anteriormente opino que la causa de nulidad en las elecciones debía ser a falta de legalidad (que además viola uno de los principios rectores del Instituto Federal Electoral) y democracia con la que se llevan a cabo las elecciones. 


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